Las empresas hoy en día funcionan básicamente en su totalidad con el factor humano, y más que con su físico, con su capacidad mental, lo cual lleva arriostrado una serie de consideraciones que se deben tener para poder lograr el mejor ambiente de trabajo. Discutir un proyecto en grupo, compartir una oficia todos los días, tener a cargo un cierto número de personas conformado por profesionales, funcionarios, gerentes, etc; no es una tarea sencilla, y si las personas involucrados no cuentan con algunos criterios de relacionamiento, los objetivos y metas trazadas no se podrán alcanzar fácilmente, o muchas veces se fracasará antes de llegar a nada.
Es aquí donde entra en juego el coaching empresarial, enfocado al estudio de una persona en particular, o a varias que constituya un grupo de trabajo o una empresa en su totalidad; para poder evaluar cuáles son los objetivos en cuanto al trabajo, poder entender por qué no se están logrando, y ayudar a corregirlos. Los conceptos con los que se trabajan están vinculados básicamente con el saber escuchar al otro, pensar en el beneficio del grupo y no de uno mismo, aprender a trasmitir las cosas de la mejor forma posible, y en el caso del jefe o del líder de un grupo, buscar lograr que el resto quiera aprender de él preguntándole que es lo que deben hacer, y no que solamente imponga órdenes a quienes estén a su cargo.