La ansiedad es un mecanismo de defensa que todos los seres humanos tienen, se trata de un conjunto de emociones o sensaciones que se expresan a nivel físico y sirven como alerta o como medio de preparación, ante la anticipación de una situación de peligro. En líneas generales es un favor positivo, pero requiere de cierto control.
Cuando se da rienda suelta a ese conjunto de sensaciones y comienzan a presentarse con frecuencia, frente a cualquier tipo de situación, se puede tratar de un problema de salud. Pero este control no es difícil, consiste en seguir al pie de la letra algunas recomendaciones que poco a poco ayudarán a mantener al margen la angustia, por ejemplo:
- Buscar información al respecto, es preciso identificar los síntomas que se están padeciendo, pues en muchos casos las pacientes desconocen que se encuentran frente a un cuadro de ansiedad.
- Aceptar y reconocer que se tiene un problema, muchas veces parece más sencillo fingir que nada sucede, pero esto solo termina por empeorar todo. La aceptación es vital para proceder a resolver el problema y combatir la ansiedad.
- Asumir el problema con objetividad, es decir, no hacer más grandes los problemas ni atribuirles más importancia de la que realmente tienen. Muchas personas suelen hacer un gran drama de situaciones que se pueden resolver fácilmente.
- Ser asertivo, no hace falta preocuparse por lo que las demás personas piensan, siempre se debe buscar el equilibrio sintiéndose bien consigo mismo.
- Intentar no estar siempre preocupado, las inquietudes son las que comienzan a generar la ansiedad. No hay que preocuparse por situaciones que ya pasaron o por aquellas que no se sabe si realmente sucederán. Lo mejor es centrarse en el presente y buscar las soluciones ante cualquier eventualidad que transcurra en él.
- Mantener una actitud positiva, ver cualquier problema como un reto a resolver, no como un problema destructivo.
- Vivir lentamente, se trata de no apresurar las cosas ni asumir más responsabilidades de las que se pueden soportar. Resulta muy útil organizar las actividades diarias y darles prioridad a las más importantes, es una excelente forma de mantener la tranquilidad.
- Alimentarse correctamente y hacer ejercicio físico de manera regular, ambos son elementales para tener un excelente estado de ánimo.
- Descansar lo suficiente y dedicar tiempo a actividades liberadoras que permitan sentirse bien y descargar las tensiones.