La hidratación es un elemento fundamental para garantizar la salud de las personas, por influir notablemente en numerosos procesos fisiológicos incluyendo la nutrición y la circulación, no obstante es necesario asegurarse de consumir agua potable y totalmente limpia, para prevenir enfermedades generadas por agentes patógenos e impurezas presentes en dicho líquido.
Entre las opciones más recomendables para potabilizar y esterilizar agua, destacan los filtros y purificadores, al ser capaces de eliminar eficientemente un gran porcentaje de agentes patógenos y contaminantes, lo que ayuda a prevenir una amplia gama de riesgos y mejora notablemente su sabor y su olor.
Aunque los equipos anteriormente mencionados permiten a sus usuarios disponer de agua totalmente limpia permanentemente y ayudan a reducir significativamente el consumo energético en cualquier espacio comercial o doméstico, lo cierto es que para aprovechar eficazmente sus beneficios es indispensable conocer sus principales diferencias.
Funcionamiento
Una de las diferencias más notables entre los filtros y purificadores de agua, es su funcionamiento, ya que los filtros consisten en una barrera física conformada por varias membranas o tamices que impiden el paso de partículas sólidas, al retener cualquier elemento con un tamaño superior a una micra, lo que permite separar diversas sustancias y microorganismos.
Por su parte los purificadores de agua emplean un proceso más complejo conocido como ósmosis inversa o ionización, el cual consiste en extraer cualquier elemento perjudicial o no deseado a nivel molecular, a través de una membrana semipermeable que acumula dichos elementos, de esta manera es posible eliminar hasta un 95,5% de las impurezas.
Es importante mencionar que los purificadores ayudan a eliminar incluso hasta las sustancias líquidas y elementos disueltos en el agua, para garantizar un sabor y un olor mucho más agradable, además son capaces de potabilizar mayores volúmenes de líquido que los filtros tradicionales.
Vida útil
Otra diferencia bastante importante entre los filtros y los purificadores es su vida útil, ya que por lo general las barreras físicas que emplean los filtros cuentan con una duración promedio de tres a seis meses, ya que la acumulación de partículas sólidas, impide el paso del agua potable.
Mientras que las membranas semipermeables empleadas por los purificadores de agua, cuentan con una duración aproximada de 36 meses, por lo que no requieren de un mantenimiento tan continuo, no obstante este tipo de dispositivos emplean filtros complementarios que poseen una duración máxima de 12 meses.
Cómo complementar la filtración y la purificación
Ambos métodos cuentan con numerosas diferencias, sin embargo, lo cierto es que la filtración y purificación pueden complementarse, para garantizar la eliminación de una mayor cantidad de impurezas líquidas y sólidas y elementos no deseados presentes en el agua, por lo que en la actualidad cada vez más personas suelen combinar ambos procesos.
Por lo general, la opción más recomendable para complementar el filtrado con la purificación de agua, es filtrar el agua primero, para luego someter al líquido a un proceso de ionización, con el fin de extraer las partículas sólidas de mayor tamaño y garantizar una absorción de elementos más eficaz por parte de la membrana semipermeable del purificador.