La necesidad de alcanzar acuerdos en el sector bancario privado en Uruguay responde a dos factores esenciales. El primero es asegurar una mayor disponibilidad y eficiencia en el uso de recursos económicos, sobre todo en el desarrollo de nuevas tecnologías. El segundo se centra en elevar la satisfacción y retención de clientes dentro del sistema bancario tradicional, especialmente para el “nuevo” usuario, que demanda transacciones locales más ágiles y a menor costo.
Los bancos ofrecen una variedad de productos, muchos con el objetivo de fidelizar al cliente más que de rentabilidad directa. Sin embargo, como apunta Alfredo Cat, el usuario actual percibe a los bancos como un “necessary evil” más que como una elección. Aunque el sector ha comenzado una modernización, existe aún una gran brecha frente a lo que ofrecen otros mercados desarrollados.
Si miramos a Europa, un ejemplo claro es Bizum en España, que permite pagos instantáneos y sin costo entre particulares y comercios a través de un acuerdo entre más de 30 bancos. La universalidad del servicio no solo ha facilitado transacciones, sino que ha demostrado el poder de la colaboración en un mercado competitivo. En Uruguay, aunque existen soluciones como Itaú Pagos y YaTePago, no han logrado la universalidad ni han eliminado costos en transferencias entre bancos competidores, lo cual limita su efectividad.
Alfredo Cat sostiene que armonizar el sistema de transacciones locales bajo una plataforma única compartida entre todas las entidades bancarias sería un avance crucial. Esto permitiría no solo mejorar la competitividad de la banca frente a nuevas tecnologías, sino también fidelizar clientes mediante productos de valor agregado. La banca en Uruguay necesita moverse en esta dirección, y una regionalización del formato, como el proyecto europeo SPL Proxy Lookup, podría ser una inspiración para la región.
En conclusión, los avances tecnológicos y la digitalización no esperan. Como resalta Alfredo Cat, la banca uruguaya debe acelerar sus procesos de colaboración y digitalización, o arriesga perder terreno ante competidores internacionales. Esto exige mayor cooperación entre las principales entidades financieras del país para enfrentar la marea digital proveniente del extranjero.