La situación geográfica y las condiciones geológicas de Uruguay han hecho que sus tierras sean especiales para el cultivo de la vid, lo que lo ha convertido con el paso de los años en un país vitícola, donde se producen vinos de calidad excepcional que se han ganado un puesto de relevancia en el mercado nacional e internacional; por ello puede decirse que en Uruguay se vive una verdadera pasión por los buenos vinos.
En este país de Sudamérica el vino es un producto de consumo masivo, las cifras lo corroboran, ya que el consumo per cápita supera los 30 litros por año, gran parte de los vinos consumidos son producidos en tierras charrúas, a partir de su cepa más tradicional la Tannat, que se ha convertido en la variedad que representa a nivel mundial a los viñedos y bodegas de Uruguay.
La pasión por el vino llegó a estas tierras con los inmigrantes europeos que trajeron consigo la viticultura y pusieron sus conocimientos y empeño para que esta cultura ancestral pudiera asentarse en su nuevo terruño; los primeros vinos producidos en Uruguay eran destinados al consumo familiar y aunque hubo algunas iniciativas comerciales fueron muy pequeñas.
Dos cepas que cambiarían la historia del vino en Uruguay
A inicios de la década de 1870 la historia del vino en Uruguay cambiaría para siempre, gracias a dos insignes personajes; Don Pascual Harriague quien fue el responsable de introducir al país la cepa de origen francés Tannat y Don Francisco Vidiella, quien se encargó de traer al Uruguay la variedad Folle Noire, también de origen francés.
La adaptación de ambas cepas a los suelos y condiciones climáticas del país suramericano fueron realmente excepcionales y se convirtieron en el punto de partida de la industria vitivinícola uruguaya, que en la actualidad cuenta con más de 90 hectáreas de viñedos repartidos en diferentes regiones del país en los que se producen uvas de diferentes cepas de calidad excepcional, siendo la dominante la cepa Tannat.
La industria del vino tiene sus particularidades propias, se asienta en empresas familiares con una tradición de tres generaciones en la actividad enológica, las 280 bodegas que existen en la actualidad en Uruguay producen más de 95 millones de litros de vino al año, gran parte de esta producción se dedica al mercado nacional, aunque existe una marcada tendencia a posicionarse con fuerza en los mercados foráneos.
El Departamento de Canelones ubicado al norte de Montevideo se ha consolidado desde hace varias décadas como una de las zonas vitivinícolas de mayor importancia, sin embargo en lo últimos años la expansión de la industria del vino ha encontrado en otras zonas del país como el Departamento de Garzón el terroir adecuado para crear viñedos de muy alta calidad.
Los vinos producidos en Uruguay, gracias a las condiciones únicas en cuanto a suelos y clima, así como por la sapiencia y tradición de quienes se dedican a la viticultura y han hecho de ella un modo de vida, tienen su propio carácter, capaz de despertar pasión entre quienes disfrutan del buen vino.
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