El término doble imposición en inversiones extranjeras, hace referencia a la aplicación de dos estados de impuestos similares, correspondientes al mismo presupuesto o hecho imponible, por una parte determinada o la totalidad de los importes de una empresa específica, durante el periodo de tiempo establecido por las autoridades pertinentes.
Por lo general para determinar una doble imposición en las inversiones extranjeras es necesario llevar a cabo un análisis de identidad subjetiva para demostrar la situación de la empresa. No obstante, si no cumple con dicha identidad, al contar con múltiples impuestos sobre la misma materia imponible, se denomina doble imposición económica.
A causa de las características particulares de la doble imposición es muy común que las empresas tengan que pagar el mismo impuesto en dos países diferentes para poder llevar a cabo sus actividades administrativas o económicas, lo que aumenta notablemente sus gastos y genera diversas complicaciones para sus socios e inversionistas.
Es importante mencionar que la doble tributación no afecta a las empresas extranjeras en ciertos países como Suecia, Dinamarca, Tailandia, Jamaica o Paraguay, por contar con tarifas totalmente planas para la declaración del impuesto sobre la renta de personas naturales y jurídicas para facilitar al máximo el cálculo de sus contribuciones fiscales.
Por lo general, la doble tributación surge a partir de las exportaciones de productos y servicios que incluyen los mismos impuestos tanto en su país de origen como en su país de exportación, lo que obliga a las empresas a realizar las mismas contribuciones tributarias, además de gravar el servicio de la misma manera.
¿Cómo evitar la doble tributación en inversiones extranjeras?
Una de las alternativas más recomendables para evitar la doble tributación es invertir capital en países denominados tax heaven o paraísos fiscales, ya que generalmente las empresas que desarrollan sus actividades en dichos territorios, están totalmente exentas del impuesto sobre la renta y cuentan con numerosos beneficios adicionales.
Las empresas que operan en paraísos fiscales o también llamadas offshore, son totalmente ajenas a las leyes tributarias de sus países de procedencia, es por este motivo que las principales autoridades tributarias han establecido numerosos métodos para penalizar a este tipo de entidades por evadir sus responsabilidades fiscales.
Es muy común que las autoridades tributarias penalicen a las empresas offshore confiscando todo su patrimonio y su capital presente en el país de origen, además sus propietarios y principales socios suelen enfrentar numerosas penalizaciones que pueden suponer entre los dos y diez años de cárcel dependiendo de su infracción.
Otra manera bastante efectiva de eludir este tipo de condiciones tributarias es invirtiendo en países con un sistema fiscal territorial, ya que las empresas extranjeras solamente deben pagar el impuesto sobre la renta referente a los importes realizadas dentro de su territorio, y están exentas de gravar todas las actividades realizadas en otros países.
Sin embargo, antes de invertir en un país con dichas características fiscales es indispensable analizar las normativas del país de origen de la empresa, ya que las autoridades pueden imputar numerosos cargos por considerar como offshore a este tipo de entidades, al prescindir de gran parte de sus responsabilidades tributarias.