La prueba de Papanicolaou o citología de cérvix como se conoce igualmente, es un examen de detección sencillo, rápido y en la mayoría de los casos indoloro, usado específicamente para identificar células anormales, precancerosas o cancerosas en el cuello uterino, siendo esencial para la detección temprana de este tipo de patologías y su posterior tratamiento.
Sin embargo, hoy en día muchas pacientes desconocen lo que realmente significa este tipo de examen para su bienestar, y mucho menos sabe cómo deben de prepararse para realizarse esta prueba, por ello a continuación le mostramos lo que consiste este proceso y los pasos a seguir para una evaluación óptima.
¿Cómo prepararse para una prueba de Papanicolaou? (vea mas)
En primer lugar la paciente debe de asegurarse de que la cita que programe con el médico ginecólogo no coincida con su periodo menstrual, pues en este caso la sangre de la menstruación puede interferir con la evaluación y el resultado de la prueba, sin embargo en algunas ocasiones se puede presentar un sangrado inesperado, donde el médico indicará si vale o no la pena hacer el examen.
De igual forma, es de suma importancia que la paciente evite tener relaciones sexuales unas 24 a 48 horas previas a la prueba, así como colocarse cualquier tipo de cremas o duchas vaginales, ya que esto puede interferir también con los resultados del examen.
Procedimiento para la toma de la citología vaginal
La paciente debe de desvestirse y posteriormente recostarse en la camilla de examinación, donde colocará sus pies en los estribos para separar las piernas, quedando las rodillas flexionadas, posición que le permitirá al ginecólogo una visión más clara de la vagina para realizar la evaluación.
Antes de comenzar con la citología, el médico debe de realizar una evaluación física de los labios externos, con la finalidad de verificar algún tipo de anomalía externa. A continuación el doctor procederá a introducir el espéculo lubricado, siendo un instrumento que le permitirá abrir las paredes vaginales y llegar al cérvix.
En este punto el médico le indicará a la paciente que respire profundamente y que relaje las piernas y músculos vaginales para que sea mucho más fácil y menos doloroso este paso. Pero a pesar de ello muchas mujeres experimentan cierta incomodidad.
Y una vez colocado el espéculo, el ginecólogo procederá a la toma de la muestra citológica, utilizando diversos instrumentos para el raspado del cuello, ya sea un cepillo conocido como citobrush, o simplemente un aplicador de madera o en su defecto una paleta llamada espátula de ayre.
La recolección de la muestra será tanto de la parte externa como interna del cuello uterino, colocando lo recolectado en láminas portaobjetos de vidrios, fijándola y enviándola directamente a un laboratorio de anatomía patológica para su posterior estudio microscópico.