En sitios como restoranes, hospitales, panaderías, o cualquier lugar en el que se trabaje o se procesen alimentos, la forma más efectiva para combatir el problema de plagas de insectos voladores son las trampas luz. También son utilizadas en residencias particulares, en jardines, en piscinas, y en todo lugar en el que las mocas, los mosquitos, las cucarachas voladoras, las abejas, las avispas, etc., pueden llegar a causar molestias.
En los lugares que mencionamos al principio en los que se trabaja con alimentos o se corre el riesgo del control de enfermedades, prácticamente la única solución son las trampas luz, ya que el uso de pesticidas suele estar rigurosamente controlado o hasta directamente prohibido. Su funcionamiento consiste en la emanación de luz ultravioleta que no causa ningún tipo de daño en los seres humanos o en los animales, pero que es el medio que utilizan los insectos para poder guiarse, por lo que se sienten completamente atraídos hacia ellas.
Algunas de estas trampas tienen incorporadas feromonas que constituyen otro medio de atracción de los insectos ya que los altera desde el punto de vista sexual. Antes venían con medios eléctricos que destruían al insecto pero sus partes volaban por todos lados lo cual claramente no era la mejor solución. Hoy en día traen laminas adhesivas en las que los insectos quedan pegados sin posibilidad de salir, siendo mucho más limpias dejando cero contaminación en el ambiente, y su mantenimiento es muy sencillo, basta con sacar la lámina y limpiarla con agua.
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